Observaciones en la Comunidad: El cuaderno de campo

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Prof. Ricardo Solís

(El siguiente texto se encuentra disponible para su discusión en "Redes y Grupos")

¿Cómo armar un Cuaderno de Campo?

El cuaderno de campo es una herramienta importante del psicólogo social. Efectivamente no consiste solo en un cuaderno, sino que se compone de una serie de instrumentos que se utilizan para relevar información y llevar una organización mínima de las actividades a realizar por el operador. En esta ficha nos concentraremos en un “cuaderno de campo” para la observación de grupos sociales y comunitarios.

Técnicas de observación de hechos y fenómenos sociales:

La observación es la acción de mirar detenidamente. Dicha acción puede ser estudiada desde el observador que observa, como desde el objeto observado. Acción del observador es la experiencia del observador, los procedimientos del mirar y también el proceso de someter conductas a ciertos principios para llevar a cabo la observación; pero la observación significa también el conjunto de cosas observadas, datos y fenómenos, lo que llamaríamos el objetivo de la observación. La observación de fenómenos sociales consiste en la observación de actos o conductas perceptibles en una entidad o grupo. Los actos o conductas son trasmisoras de un mensaje, las observaciones propuestas en este caso, estarán destinadas a detectar la dinámica de trasmisión y recepción de mensajes. En otras palabras, la idea es centrarse en el contenido explícito de la comunicación, aquel que puede ser observable, evitando por este momento, la interpretación de los hechos (paso que se podrá realizar a posteriori de la observación y que en este caso solo se hace así con fines didácticos).

a) Tipos de observación; estos tipos se utilizan en varias ciencias sociales y con diferentes fines, aquí solo los mencionamos, pero no los desarrollaremos: Documental, de Habitad, de Conductas en Campo y de Laboratorio. Entrevistas: focalizada, repetidas, múltiples, ráfaga de preguntas, panel. Cuestionarios cerrados y abiertos. Observación de experiencias controladas. Sociometría y sociodrama. Estadísticas.
b) La elaboración de una experiencia de observación en campo: Se trata de observar una reunión, encuentro, clase docente, capacitación, ritual religioso, etc. Para esto propondremos los siguientes pasos:
• Familiarizarse con el ámbito de observación: realizar, además de aquellos encuentros para solicitar el permiso, una visita al lugar, conversar con la gente que se encuentre allí, explicar quienes son, de dónde vienen, cuál es su objetivo y … agradecer la atención y disponibilidad. Este momento debe ser “bien espontáneo y desacartonado”, deben evitar concurrir con cuadernos o tomar notas. Es recomendable recorrer el barrio, ver qué rodea el lugar, como son las calles, si existe vida social en la calle, etc. Observar todas aquellas situaciones y hechos que nos permitan caracterizar el “contexto institucional” de la organización. Buscar en los diarios si existe algún tipo de información sobre el barrio, sus problemas o precisamente sobre la organización. En el grupo de observación realizar un ejercicio “proyectivo”, que consiste en: cada miembro cuenta lo que sabe y se imagina de la organización y del barrio, todo: información, fantasías, miedos, etc. Este ejercicio les permitirá conocerse a uds. en cuanto a “la experiencia del observador” que decíamos arriba.
• Identificar problemáticas en el grupo observado: las primeras observaciones solo nos alcanzan para identificar problemáticas o necesidades en el grupo o comunidad. Son esas cosas que reiteradamente el grupo observado trata o, sencillamente les preocupan. Dichas problemáticas pueden ser de diferente índole: conflictos, necesidad de programación, búsqueda de recursos, situaciones del barrio, etc. La mirada atenta del observador debe centrarse al principio en dichas cuestiones, es lo que luego llamaremos “el discurso del grupo”, es decir, los grupos articulan sus discursos en torno a necesidades e intereses concretos que se expresan en sus vínculos. Por eso es interesante detectar los mensajes, los códigos con los que se comunican, y también las paredes, las carteleras, son un objeto de observación para detectar mensajes.
• Realizar un informe de Observación: La observación de campo les resultará algo más complejo que la observación de un grupo operativo o un taller. Los grupos de la escuela, se definen como experiencias controladas (ver tipos), es decir, son dispositivos grupales “armados” para el aprendizaje: se instrumenta el grupo con un encuadre preestablecido, un equipo de coordinación y una tarea prefijada. Cosas que no encontrarán en esta experiencia que les proponemos realizar. De ahí que no basta con una crónica de la dinámica grupal, necesitamos construir un informe de observación.

c) Elementos para la realización de un informe de observación: El informe debe plasmar la secuencia de trabajo desarrollada en la observación, esto sería la sistematización, pero no solo eso, puede enriquecerse con aporte documentales, fotografías, infografías, etc., todo aquello que permita conocer mejor el grupo observado.

Componentes del Informe:

• Breve descripción de la organización y del proceso de observación. Esto se hace a modo de presentación breve.
• Breve descripción de los datos recolectados en el momento del ejercicio proyectivo y la familiarización.
• Descripción del desarrollo de la observación de reuniones, pueden usar como criterio los indicados: describir cuales eran los temas más tratados, las problemáticas que reiteradamente se charlaban, los conflictos o los miembros que participaban de ellos. Esto lo llamamos la descripción de las “repitencias” y las “resonancias”, estas últimas son las cosas que más resuenen en el equipo de observación. Imprescindible: tanto el barrio, la organización y sus integrantes deben “figurarse”, es decir, asignar nombres de fantasías: el barrio: “los pajaritos”, la organización: “la alegría”, sus miembros: “a”, “b”, o simplemente sobrenombres no ofensivos.
• Ensayo de una hipótesis explicativa: ahora sí es hora de construir una hipótesis. Ya terminado el trabajo y el contacto con el grupo, seguimos en nuestro procesos de aprendizaje: la hipótesis es sencilla de construir, simplemente piensen cómo explican cada uno lo que ha visto, luego lo ponen en común, y acuerdan cuales son las ideas que mejor expresan el proceso observado. En este caso, y en este momento (momento explicativo) solo basta ajustar sus ideas, las que han tenido durante todo el proceso de observación y que han regido sus miradas a los datos observados. Traten de mantener una coherencia entre lo que piensan y lo que aparece como dato observable, eviten forzar la realidad con sus preconceptos.
• Aportes documentales e información ad hoc: como decíamos, a lo largo del proceso, se habrán hecho de una variedad de información, fantasías, datos recogidos con informantes claves, documentación periodística o de la Web, fotografías, etc. Todo debe figurar en este apartado de manera organizada y ordenada según la hipótesis explicativa, es decir, que sea información pertinente.
• Hipótesis de proyecto: aquí se trata de predecir un camino a seguir (tb. podemos llamarla hipótesis de intervención). Pueden elegir un tema, un problema, un proyecto que haya surgido en la observación. Con ello, el grupo trata de predecir, usando toda su “sapienza”, un camino que podría seguir la organización o el grupo en pos de la resolución o desenlace del tema. Esto confirmará el hecho que ninguna observación es neutral: siempre definimos las cosas desde un lugar y pensamos caminos a seguir por la misma razón. Esta actitud es un tema con el que el operador debe aprender a lidiar a lo largo de su actividad profesional.

En este caso entonces el cuaderno de campo se compone de:
(a) Un dispositivo de observación que articula diferentes tipos de observación,
(b) Realización de actividades de proyección y familiarización,
(c) Elaboración de un informe que articule los diferentes niveles de información recolectada y organizado coherentemente entre una hipótesis explicativa y otra predictiva.


Metodología del Análisis y la Intervención Psicosocial

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Por Cristian Crespo Op.Psicosocial

La Metodología de la Intervención Psicosocial plantea, como herramienta fundante, la acción desarrollada a través de modelos que responden a diferentes realidades sociales y comunitarias de la vida cotidiana. Estos modelos son lineamientos que nos orientan y que siguen un proceso que podemos dividir en momentos, las cuales, si bien no necesariamente tienen una secuencia determinada, veremos, poseen un grado de retroalimentación y de encadenamiento que les impone cierto orden.
El proceso que seguiremos no es único ni es prescriptivo, es un modelo posible de aplicar en intervenciones teniendo en cuenta que el curso de las mismas y el formato de estas, depende considerable y casi exclusivamente del ámbito, el contexto y nivel o grado que en la intervención pretendamos, queramos o podamos alcanzar. Obviamente no es lo mismo, por ejemplo, realizar intervenciones en ámbitos educativos que en ámbitos relacionados con la salud mental, así tampoco da igual intervenir en un barrio determinado que en otro, entre otras cosas, las estrategias usadas y objetivos perseguidos serán disímiles y ello implicará una diferencia.

Podemos decir que cuando hacemos referencia a la Intervención, estamos hablando de una actividad orientada a la solución de un problema práctico que abordamos con la ayuda imprescindible de una estructura conceptual o marco teórico. Esta perspectiva aplicada conlleva una concepción de la Intervención que la diferencia de otras, así observamos que la Intervención Psicosocial posee las siguientes características:

• No es asistencial, busca promover procesos de intervención social comunitarios.
• Es una acción mediadora entre los usuarios y la estructura institucional desde la que se interviene.
• Se necesita de la participación activa y constructiva de parte de los usuarios
• Es contextuada, es decir se valoran los elementos presentes en la interacción.
• Está enmarcada en el ámbito de los derechos humanos y sociales de los ciudadanos.
• Busca la participación, el empoderamiento y la toma de decisiones de los usuarios.
• Se despliega desde una perspectiva de desarrollo de capacidades y potencialidades de los seres humanos, en la cual el cambio es posible.

Cuando hablamos de Intervención, en general, podemos decir que existen dos vertientes que la clasifican: Una la denomina Intervención Participativa y la otra Intervención Dirigida.
La primera tiene, como característica fundamental, lineamentos que plantean que las necesidades concretas se atacan desde la pedagogía y el trabajo en conjunto, entre quienes planifican la intervención y la comunidad, ámbito o grupo en el cual se interviene, para la búsqueda de la promoción de un cambio social planificado.
En la segunda, es el interventor experto el que diseña un plan o estrategia para tratar de intervenir un problema especifico a partir de una demanda social, es decir, los expertos o intelectuales son quienes moldean el cambio, lo dirigen.
Es obvio, por lo antes expuesto, que para nosotros la intervención psicosocial privilegia su accionar en la primer vertiente, es decir en la Participativa, aunque no descarta la Intervención Dirigida, ya que existen casos en los cuales la naturaleza de las problemáticas o necesidades psicosociales hacen que solo se pueda intervenir desde esta ultima, pero estos son casos excepcionales.
Dentro de los diferentes y variados campos en los cuales es posible realizar una intervención psicosocial, nosotros tomaremos el campo comunitario como eje central de este espacio. Nos referiremos a la Intervención Psicosocial Comunitaria como el conjunto de acciones destinadas a promover el desarrollo de una comunidad a través de la participación activa de esta en la transformación de su propia realidad. Esto nos indica que nos moveremos dentro de los limites que pretenden, entre otras cosas, lograr la capacitación y el fortalecimiento de la comunidad intervenida, favoreciendo la autogestión para su propia transformación y la de su ambiente. Esto último se fundamenta en el pensamiento de que la mejor manera de favorecer el fortalecimiento, como espacio preventivo, de una comunidad es dándole capacidad de decisión y facilitándole la concreción de acciones que apuntalen este fortalecimiento.
El proceso de intervención psicosocial debe ser integral y dinámico, ya que enfrenta causas y efectos en un espacio en el que los sujetos participan activamente en la transformación de su propia realidad, a partir de sus problemas concretos. Además debemos especificar que en este se presentan dos características principales de la metodología cualitativa: 1) Es recursivo, ya que las propuestas de trabajo se van elaborando a medida que avanzamos en la recopilación de información problema sobre el cual se pretende trabajar y puede replantearse en la medida en que los datos recogidos lo refieran. 2) Se pueden incorporar hallazgos que no se habían previsto. Con ello contribuimos a reforzar las acciones en beneficio de la comunidad.
Los pasos de su desarrollo se dan tanto en forma interrelacionada, simultanea o secuencial y a través de ellos se diseñan, desarrollan y evalúan las acciones desde la propia comunidad que se interviene y las acciones serán más eficaces cuanto más se logre involucrar, desde el primer momento, a todos los actores que forman parte del escenario social.
El acompañamiento de un facilitador o coordinador que será el encargado de promover la movilización de los diferentes grupos donde tendrá operacionalizar su accionar, es fundamental para la intervención.

 

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