Paulo Freire, ¿Dónde estás? *

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Sobre la fibra íntima de la Educación Popular

Cristian Crespo. Op. Psicosocial


Introducción

“El hombre ha nacido libre, y en todas partes se halla entre cadenas” así comienza “El Contrato Social” de Jean – Jacques Rousseau. Esta frase, mas allá de la evidente concepción naturalista del autor francés, sin ánimo de descontextualizarla, reconociendo a la misma como el basamento para la posterior justificación, por parte del autor, de que la verdadera libertad se encuentra en el Estado y lejos de pretender generar una discusión sobre esta posición, puede ser tomada como un interesante inicio para poner de manifiesto el latente núcleo medular de la pedagogía Freireana, y es que la Libertad es el eje central en toda la obra de Paulo Freire, en ella se observa claramente el esfuerzo para que en todos los individuos nazca y se reproduzca el deseo de ser su propio dueño, de querer que su vida y decisiones dependan de sí mismo y no de fuerzas exteriores, de poder decidir y no que decidan por él, de tener la posibilidad de dirigirse a sí mismo y no de ser movido por la naturaleza exterior, es decir la libertad de ser sujeto de la vida.
Semejantes objetivos, en el mundo actual, son sin duda utópicos, pero están enmarcados en una utopía concreta, una utopía que es posible de lograr, que es realizable. En su concepto de “inédito viable” como la realización, en los límites de lo posible, de lo que no se ha hecho ( y que para algunos no es posible de hacer), Freire deja las huellas que debemos seguir para construir el camino y el camino es el de la Educación Popular como la herramienta mas valedera para modificar conductas y despertar ilusiones, para ello, él se introduce en el espacio vital(1) de los oprimidos como un agente de cambio en la búsqueda de nuevas actitudes que mejoren la calidad de vida de quienes no han podido acceder, por limitaciones sociales, a una instrucción mínima y nos invita a que lo “reinventemos”, a que podamos armar nuestras propias estrategias de intervención.

“No hay otro tiempo que el que nos ha tocado”

El tiempo que nos ha tocado es un desafío a la alternativa propuesta por la Educación Popular de Paulo Freire. Hoy para remarcar solo algunas características de las instituciones educativas, podemos significar y seguro compartir, que las mismas tienen un núcleo singular que las caracteriza, en el cual “se trata con un conjunto de órdenes que promueven la enajenación del individuo en las características de su grupo y lo empujan a una inserción cultural prefijada a su deseo, pero que al mismo tiempo, al basarse en la transmisión de conocimientos, entrega la llave para acceder a la conciencia de la individuación, además, cada escuela específica es el ámbito que concretiza a nivel singular, una norma o modelo de tipo universal: el vigente en nuestra cultura”(2). Las instituciones escolares son victimas de las circunstancias sociales que provocan una serie de fenómenos en su seno que resaltan el nivel de desprotección con el que cuentan: “frente al impacto de un contexto turbulento utilizan primero, como defensa, la rigidización de la negación, la idealización y la externalización de las responsabilidades. Cuando esto fracasa y la percepción de la realidad se impone brutalmente, como en los últimos periodos de intensificación de la pobreza, surgen fenómenos de impotencia, sentimientos y estados colectivos de desesperanza con sus secuelas de deserción, ausentismo, enfermedad en los docentes, fracaso escolar en los alumnos, desplazamiento general a formas desviadas de interacción, violencia”(3) entre otra cosas.
El modelo educativo instalado en nuestra sociedad es muchas veces exclusor, el abandono al mismo es progresivo, cabe preguntar si nuestra sociedad es capaz de ofrecer contención y alternativas al producto de un creciente desgranamiento escolar o simplemente lo acepta como un efecto colateral del salvaje modelo neoliberal que cotidianamente abarca nuestros espacios comunes.

Paso a paso

A los efectos de realizar un mejor análisis sobre la aplicación de la propuesta de Pablo Freire en la actualidad y poder desbrozar así, la principales posibilidades y limitaciones de la misma en el ahora, creemos conveniente tomar las cinco dimensiones educativas de la praxis pedagógica freireana y desarrollar desde allí su viabilidad.
Como basamento de la exposición, y desde el comienzo debemos dejar en claro que estas cinco dimensiones están unidas por una suerte de “concatenación inclusiva” que permite comprenderlas mejor, es decir no pueden ser estudiadas en forma aislada, ellas forman parte de un sistema(4) que las incluye, esto no significa que sean rígidas, todo lo contrario, Freire las elabora y las reelabora continuamente dejando las puertas abiertas para que a su vez puedan ser repensadas por otros. Las cinco dimensiones que conforman el basamento del marco teórico de la Educación popular son: la axiológica, la dialógica, la política, la gnoseológica y la metodológica, nos permitimos aquí desarrollar algunas breves apreciaciones sobre cada una de ellas:

La Dimensión Axiológica: la axiología es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza de los valores positivos y negativos o contravalores. En la educación popular freireana hay toda una axiología que gira en torno a valores orientados a la transformación del sujeto, de las sociedades y del mundo. La libertad es, como hemos planteado, la fibra intima de la propuesta, pero debemos decir que educar para la libertad es mucho más que evitar rigideces inútiles tratando de hacer mas atractivo y llevadero para maestros y alumnos el proceso, se trata de formar sujetos responsables que no necesiten siempre del sostén que ofrece la norma escrita o el precepto moral, que aprendan a pensar por si mismos y que puedan explicar porque actúan como actúan. Se trata de formar personas convencidas de que la conciencia moral se define por su autonomía, que no es sino la capacidad de tomar decisiones libremente y saber responder por ellas, es decir como nos expresa Victoria Camps(5): “la capacidad de escoger el principio adecuado a cada caso y procurar darle la interpretación más justa”

La Dimensión Dialógica: el marco que otorga el diálogo es el sustento de la propuesta freireana, se aprende a través de la palabra. Algunas veces se ha entendido que este es un aporte restringido únicamente al diálogo entre quien enseña y quien aprende, no es así, el diálogo aquí no es el que se desarrolla solamente dentro del aula o en los ámbitos donde se realiza el traspaso del conocimiento, es el diálogo en el que interviene el conjunto de la comunidad que enseña y aprende, los padres, las madres, la familia en general, los voluntarios, los profesionales y todos aquellos que forman. Es un diálogo planificado y entendido como un proceso interactivo en el cual, quienes interviene, lo hacen desde una posición horizontal. En él la validez de las intervenciones se basa en el poder de la argumentación y no en la posición de quien emite tal argumentación.
La dialogicidad es indispensable; es la herramienta que permite, es la herramienta que organiza el conocimiento e implica una postura crítica y una preocupación por aprehender los razonamientos que median entre los actores, es la herramienta para adoptar una postura que permite transformar la curiosidad ingenua en curiosidad epistemológica y así impulsar el aprendizaje dialógico, que es el que se deriva de la utilización y desarrollo de las habilidades comunicativas, de la capacidad de dialogo que posea el sujeto, de ahí su importancia.

La Dimensión Política: el poder transformador que existe dentro de las aulas y las fuerzas que él desarrolla dentro de estas es enorme, a pesar de que tradicionalmente - lo sabemos y lo hemos vivido - se pretende transmitir una educación despolitizada, insípida o desprovista de toda ideología, existe un proyecto que se impone y es el que responde a un determinado momento histórico. El legado freireano nos propone enseñar que la realidad se puede cambiar, que los seres humanos tenemos potencial para hacerlo. Enseñar en forma crítica y no ingenua es la propuesta y eso nos sumerge en la dimensión política de la educación a través del compromiso para el cambio.

La Dimensión Gnoseológica: el acto de conocimiento para Freire es planteado como el camino para la formación de sujetos críticos, participativos y autónomos, es decir, para él la educación debe estar orientada a formar sujetos que, mas allá de los conceptos incorporados, puedan enfrentar al mundo con la libertad de la opción. Dentro de este concepto, “no es posible entender la dimensión gnoseológica de la educación sin comprender las dimensiones dialógicas y políticas” pero también el carácter axiológico nos enmarca en todo el concepto educacional aquí desarrollado, y es que son ellas – las dimensiones - las que nos conducen al conocimiento y las que nos brindan el sustrato para diferenciar a la Educación Popular de la Educación “Bancaria”.
La gnoseología busca determinar el alcance, la naturaleza y el origen del conocimiento, y la Educación Popular freireana es en si misma una situación verdaderamente gnoseológica, porque como tal se opone a la transmisión sistemática del conocimiento, es comunicación, diálogo con contenido orientado a darle significación a los significados.

La Dimensión Metodológica: esta dimensión se debe pensar en el marco de la reconstrucción diaria frente a la realidad cambiante pero con un claro objetivo, el que de alguna manera se explicita en las dimensiones anteriores, las dinámicas pedagógicas, los métodos, las técnicas, deberán ser las que nos orienten hacia él.
En “Pedagogía de la Autonomía” Freire plantea que “una de las tareas primordiales es la de trabajar con los educando el rigor metódico con el que deben aproximarse a los objetos cognoscibles”(6) y esto es que, los educandos, entiendan la razón de ser del objeto y no simplemente lo que el objeto es.

Aquí y ahora

Por un lado, como ya lo dijimos, las cinco dimensiones conforman un sistema, en “una suerte de concatenación inclusiva”, es decir compartimos la figura de los círculos concéntricos para graficar la relación que entre ellas existen, por otro nos parece interesante introducir el concepto del ECRO “pichoneano” para poder plantear también desde una óptica psicosocial el momento de la intervención.
Así decimos que en Psicología Social , el concepto de ECRO (Esquema Conceptual Referencial y Operativo) es fundamental y necesario para las intervenciones de todo tipo, todos a la hora de hacerlo, en mayor o menor medida, construimos uno. Fue ideado desde su origen como un aparato para pensar, como una herramienta para intervenir. Es un Esquema porque trata con un conjunto organizado de conceptos, es Conceptual porque es teórico, es Referencial por que alude al campo, al segmento de la realidad sobre el que se opera y es Operativo porque su objetivo final es la intervención.
Estos conceptos psicosociales, junto a las cinco dimensiones Freireanas nos permitirán realizar un análisis sobre las posibilidades y limitaciones de la propuesta de Paulo Freire, para ello nos centraremos en forma separada primero en la Educación Formal y luego en las acciones educativas que se pueden generar por fuera de la formalidad del sistema.
Desde la Educación Formal son varias las cuestiones que al respecto podemos plantear, y es que por ejemplo, cuando uno observa la formación que se propone a los futuros docentes, encuentra que desde lo curricular, es muy poco lo que se ofrece para comprender la propuesta educativa de Freire. Mayoritariamente, todo esta pensado para desarrollar una educación “bancaria” y alejada de los conceptos básicos que fundamentan la propuesta Freireana, esto hace que la misma no se encuentre, siquiera en el imaginario, de los futuros profesores cuando de estudiantes del profesorado hablamos, además, como esta situación no es nueva, hay muchos docentes que se encuentran frente al aula con pocas herramientas que eduquen para la libertad. Existen esperanzas, desde la práctica profesional días pasados realizamos una jornada de reflexión con los docentes del Colegio Nacional “Luis Clavarino” de nuestra Ciudad, en la misma participaron alrededor de ciento cincuenta profesores además del personal administrativo y de maestranza; la temática general fue centrada en la relación con los alumnos, principalmente, en el aula; la metodología fue la denominada “grupos de conversación”, fueron cuatro y cada uno de ellos conformado por entre treinta y cinco a cuarenta personas. Mas allá de los temas que de estos surgieron, los cuales distan mucho de ser los más placenteros, se detectó que al introducir algunos conceptos de la Educación Popular, sin nombrarla en forma tácita, la mayoría de los docentes los comparten y expresan opiniones positivas al respecto. Creemos entender por esto que existen buenas posibilidades dentro de lo formal para que los docentes puedan desarrollar sus acciones educativas desde un lugar diferente al actual, pero esta claro que se deben pensar capacitaciones docentes orientadas a ello y que las mismas se van a enfrentar, entre otras cosas, con lo matricial.
Desde la Educación no Formal, la cuestión es mucho mas sencilla ya que en mi caso, no encuentro limitaciones a la propuesta, por ejemplo, en la actualidad junto con otros colegas, estamos desarrollando una capacitación sobre voluntariado para adultos mayores en la Ciudad Capital de la Provincia de San Juan, esta capacitación es en conjunto con la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y el Ministerio de Desarrollo Humano y Promoción Social de la Provincia de San Juan, desde el inicio la propuesta fue pensada desde lo popular, y se puede observar claramente la aceptación por parte de los participantes, allí se detectan con singular claridad como interactúan las cinco dimensiones, de no ser así, directamente la experiencia fracasaría. Como particularidad se observa con mayor fuerza la dimensión dialógica y política, ya que al ser todos los participantes adultos mayores, sus características así lo permiten.
En otra instancia, si se quiere distinta, estamos llevando adelante una capacitación en Animación Comunitaria con las diecisiete Iglesias Evangélicas existentes en Gualeguaychú, lo conceptual, lo actitudinal y lo procedimental, todo esta pensado desde la Educación no Formal, teniendo en cuenta el resultado de las dos concepciones antes citadas, la de Enrique Pichon Riviere y la Paulo Freire con muy buenos resultados.
En general y a modo de conclusión, podemos decir que una vez comprendidas e internalizadas, estas dos concepciones, hacen que las cosa parezcan más sencillas, se sienten así, más sencillas, más fáciles de realizar y es que cuando uno aplica el diálogo desde lo horizontal, con la fe necesaria para tener esperanza en los hombres como “concretizadores” de utopías orientadas al cambio de la esencia conflictuada de las sociedades, a través de una selección de dinámicas pedagógicas acordes y ve que realmente los cambios se logran, siente que vale la pena el esfuerzo por los demás.

Para ir cerrando

Cada vez que he leído alguna de las obras de Paulo Freire, me he sentido un poco más renovado y así con más esperanzas que en el comienzo, siempre me ha sucedido algo peculiar con sus textos: primero no puedo dejar de admirar su capacidad y su alto, altísimo grado de compromiso social para plantear una lucha entre desigualdades muy desparejas y luego, una suerte de nostálgica envidia por no haber podido vivir esas épocas con la experiencia actual, me invade por algún tiempo, es el que necesito para reconocer que, aunque las utopías se estén perdiendo, las herramientas para intentar concretarlas aún existen.
Hoy, la educación popular o comunitaria, como entonces, mantiene la idea primigenia de que el trabajo educativo es “auténticamente democrático” solo si todo su proceso en los adultos se realiza con ellos y no sobre ellos, aquí nada es bueno si se pretende obligar o imponer, aquí lo mejor surge de la construcción en conjunto y esto es una realidad psicosocial que nunca debemos dejar de lado.
En todos los ámbitos donde haya un revulsivo social, por lo general, el voluntariado es el eje central de las actividades necesarias para la búsqueda de soluciones y es que habemos quienes entendemos claramente que, a pesar de todo, desde la sociedad siempre se puede acompañar creando alternativas de contención orientadas a los mas necesitados, aun en el ámbito escolar, donde parecería mas difícil por las características del mismo, se pueden crear prácticas de voluntariado capaces de mejorar la calidad de vida de quienes lo integran y en esto no hay dudas, la experiencia me dice que la educación popular o comunitaria es el camino que debe acompañar todos los procesos que apuntan al mejoramiento y además que debe ser la chispa que enciende la llama y la llama misma

Una forma de comprender mejor la cuestión

La Teoría de Sistemas sostiene como idea principal, fundamentalmente, que todo en el universo, desde el átomo a la galaxia, pasando por la molécula, la célula, el organismo y la sociedad, pueden considerarse como un sistema o sea como una asociación combinada de elementos que son diferentes, pero, cuando empleamos esta teoría para comprender o estudiar algún fenómeno, es esencial entender que un sistema es ante todo una entidad independiente, no importa que a su vez pertenezca o sea parte de otro sistema mayor. La virtud sistémica se funda en tres ejes centrales(7):

a. “haber puesto en el centro de la teoría, con la noción de sistema, no una unidad elemental discreta, sino una unidad compleja, un todo que no se reduce a la suma de las partes;
b. “haber concebido la noción de sistema no como una noción, real ni como una noción puramente formal, sino como una noción ambigua o fantasma”
c. “situarse en un nivel transdisciplinario que permite concebir al mismo tiempo, tanto la unidad como la diferenciación de las ciencias, no solamente según la naturaleza material de su objeto, sino también según los tipos y las complejidades de los fenómenos de asociación/organización”

Esta visión holística, que nos permite penetrar en el ámbito de la educación popular desde una concepción mas abierta para la comprensión de los fenómenos que en ella se desarrollan, en su particularidad, define los conceptos de sistema cerrado y sistema abierto. En los primeros nada entra ni nada sale de ellos, todo ocurre dentro del sistema y nada se comunica con su exterior, en cambio los sistemas abiertos requieren de su entorno para existir. A partir de aquí se pueden comenzar a comprender mejor a un cierto numero de sistemas físicos (como la llama de una vela, o el remolino de un río alrededor del pilar de un puente) y considerar desde otra concepción a los sistemas vivientes, como sistemas cuya existencia y estructura no dependen solamente de una alimentación exterior material – energética, sino también organizacional e informacional.
En los sistemas abiertos, el flujo energético que los alimenta posee un desequilibrio sin el cual habría un desorden organizacional que conllevaría a una rápida decadencia y así a su desaparición. Al aceptar ese supuesto, debemos aceptar que “las leyes de organización de lo viviente no son de equilibrio, sino de desequilibrio” y que “la inteligibilidad del sistema debe encontrarse no solamente en el sistema mismo sino también en su relación con el ambiente, y esa relación no es una simple dependencia, sino que es constitutiva del sistema”(8)
La pedagogía popular freireana es claramente un sistema abierto no solo por su oposición a lo dogmático o al fundamentalismo cerrado de las instituciones escolares, sino que desde su gestación misma, comparte todos los supuestos planteados con anterioridad en este texto, vive del desequilibrio social en el cual nació, es su ambiente y su razón de ser, por su carácter dialéctico, es constitutiva del sistema en el cual está inmersa. Comprender esto es estar vacunado “contra el doctrinarismo, dogmatismo y fundamentalismo”.



* Trabajo correspondiente a la Evaluación Final del Modulo I de la Carrera: Experto Universitario en Educación Socio- Comunitaria. U.T.N


Notas Bibliográficas

1-El concepto de espacio vital fue pensado por Kurt Lewin para definir la totalidad de los hechos que determinan la conducta de un individuo dado, en un momento determinado. No se trata del espacio geográfico sino del espacio que contiene todo lo que le afecta al sujeto, esté o no en su espacio físico. Es decir que se trata del ambiente de la persona tal como lo percibe subjetivamente, su campo.
2-Fernández Lidia M. “Instituciones Educativas. Dinámicas institucionales en situaciones críticas” Editorial PAIDOS (9999)
3- Idem Anterior
4- Ver más adelante: “Para el final y como anexo: Una forma de comprender mejor la cuestión”
5- Victoria Camps. “Los valores de la educación”. Editorial GRUPO ANAYA. (2000)
6- Freire P. “Pedagogía de la Autonomía”. Pág. 27. Siglo veintiuno editores argentina. (2006)
7- Morin E. “Introducción al pensamiento complejo” Gedisa Editorial (2007)
8- Idem Anterior

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