La asociatividad: entre el territorio y la sociedad global.

|

Este escrito corresponde al marco de referencia de una investigación que desarrollo en el campo de la nueva asociatividad. Tomando como punto de partida el axioma que dice que “la asociatividad es un fenómeno de sociabilidad secundaria arraigado en el “instinto gregario”.

Prof. Ricardo Solís

(El siguiente texto se encuentra disponible para su discusión en “Redes y Grupos”)

Planteamiento Conceptual:

I-Enfocamos la asociatividad como vínculo característico de la esfera pública, es decir, como vínculo de sociabilidad secundaria, determinado cultural, social e históricamente.
II-La asociatividad se configura y es configurada como fenómeno comunicacional en un vínculo a doble vía (feeback) entre el sujeto y el grupo (red).
III-La asociatividad sea virtual o socioespacial, contiene elementos de solidaridad, afiliación, seguridad y protección para el desarrollo de proyectos significados de sujetos y grupos.
IV-Los recursos cognitivos, las tecnologías de la información, la globalidad de los procesos comunicacionales, redimensionan el poder político de la esfera pública, convirtiéndola incrementalmente en actor clave de los procesos de organización social y constitución subjetiva.
V-La multidimensionalidad del fenómeno comunicacional nos permite afirmar que éste alberga procesos contradictorios y fundantes tanto de vínculos significativos como de ajenidad.

Breve “estado del arte”:

Si bien el anclaje de la investigación sugiere un ámbito sociocultural, como es el rioplatense, la descripción que se hace a continuación corresponde a una serie de discursos interpretativos claves en la labor investigativa de la sociedad civil en sentido amplio.
Hacia fines de los años ’80 comienzan a publicarse estudios centrados en la cultura e identidad en los movimientos sociales, tal es el caso de las publicaciones coordinadas por E. Laraña, J. Gusfield[i], en este trabajo se desarrolla la tesis de que los Nuevos Movimientos Sociales en cuanto a la movilización colectiva y su orientación racional de la acción, están centrados en aspectos identitario de las personas, más que en la ideología. Indican que la ideología como papel cohesionador es característica de la organización de los movimientos obreros y campesinos del siglo XIX y XX, entre otros. En cambio los nuevos movimientos sociales, implican con frecuencia aspectos de la vida íntima como espiritualidad, sexualidad, salud. Su organización se caracteriza por la acción social descentralizada y difusa, adoptando funcionamientos de red más que estructuras estables y jerarquizadas. Señalan que estas características ya se comenzaron a observar en los movimientos los años ‘60, cuya popularidad radicaba en el detenimiento y valor que daban a la identidad y a la autotrasformación personal.
En el trabajo de J. Riechmann y F. Fernández Buey[ii], se repasa una serie de enfoques interpretativos de los movimientos sociales. Para ello parten de la idea que “entre 1965 y 1985, una familia de movimientos sociales “nuevos” transformó las políticas de las naciones avanzadas. “Estos movimientos alternativos -como el ecologísmo, feminismo, pacifismo- descripto a veces como “redes de redes sociales” han luchado por los viejos ideales de justicia y emancipación. La continuada expansión de la civilización occidental deviene en sucesivas crisis, ante ello, los movimientos sociales en escenarios de extrema dificultad, luchan por devolver la capacidad la autocrítica y de autocontrol de las sociedades,”. En este estudio serán objeto de reflexión todas aquellas expresiones asociativas “pos-68”, medio ambientalismo, partidos verdes, izquierdas alternativas y la cuestión cristiana. Para ello, revisan los siguientes enfoques: (1) interaccionismo simbólico y funcionalismo estructural, que parten del estudios del “comportamiento colectivo”; (2) El de movilización de recursos, que analiza la organización, preguntándose sobre la eficacia en el uso de recursos que disponen los movimientos para alcanzar sus objetivos; (3) El de redes cuyo elemento aglutinador es la comunidad (cultura) de valores; Por último, las denominadas teorías europeas, centradas en la identidad y el proyecto histórico social, lo que las lleva a poner el acento en el estudio de los procesos de la comunicación y la formación de identidades.
La tercera vía ha reactivado el interés por lo comunitario, en este sentido nos encontraremos con versiones comunitaristas como las de S. Baumann[iii] y A. Etzioni[iv]; quienes centran su análisis de la asociatividad en los valores de solidaridad, seguridad y libertad de las sociedades contemporánea. Se ve en los valores asociativos las posibilidades para el redimensionamiento del control ciudadano, el mejoramiento de la calidad de vida y la integración de las culturas. Otro es el caso de A. Giddens[v], más preocupado por las transformaciones del capitalismo, el rol de la socialdemocracia, la globalización y su relación con el libre mercado y las desigualdades, lo que lo ha llevado a plantear el rol de la nueva izquierda y el poder de la sociedad civil como alternativas de cambio social.
Manuel Castells[vi] (1996) ve la "Sociedad en Red" como una nueva forma de organización social, no una simple etiqueta para un fenómeno tecnológico. En la "Sociedad en Red" la identidad personal se define a partir de la conexión a una red, antes que por la ubicación dentro de una familia, clan, tribu o estado. Las sociedades, para Castells, están siendo estructuradas a partir de la complementariedad bipolar de Red y Ego. "En un mundo de flujos globales de salud, poder e imágenes, la búsqueda de la identidad colectiva o individual, asignada o construida, se vuelve la fuente fundamental del sentido social". Y debido a la prevalencia actual de la tecnología de la información, el mundo está siendo quebrado entre una tecno-elite, globalmente conectada y las identidades comunitarias, atrincheradas en lo local. Destaca la importancia del moderno proceso de localización a la par de la globalización.
El clima de época de los años ‘80, encuentra el contexto latinoamericano abocado, casi con exclusividad, en la recuperación democrática de varios países del cono sur. Lo que define temáticamente el rol de las nuevas las políticas públicas: “la lucha contra la pobreza”[vii](analfabetismo, marginalidad, violencia social, exclusión, desocupación, deterioro de la trama solidaria y asociativa), llevando a fortalecer de manera creciente la alianza del Estado con las Organizaciones de la Sociedad Civil. La cuestión social será abordada desde los ‘anteojos’ de Organismos Internacionales y Multilaterales de Crédito (cuestión que se profundizará hacia la década de los ’90), la movilización de los recursos disponibles y la gestión asociada será la nueva tecnología social para sustentar los diferentes proyectos de cambio. La participación de las OSCs en este proceso redundará en una dinámica sinérgica de empoderamiento de las propias organizaciones y los nuevos movimientos sociales. La multiplicación del espacio de participación social y la pluralización de las sociedades latinoamericanas propicia una focalización temática al límite de la especialización de servicios, tal es el caso de: los movimientos ligados a la cuestión de la tierra y el habitad, la identidad de los pueblos originarios, el rol político y social de la mujer, las organizaciones de base en barrios carenciados (comedores, centros educativos, defensorías), las prestaciones terciarizadas en salud, discapacidad y vejez. Se inicia un camino de profesionalización de las OSCs., muchas de ellas pasarán a ser prestadoras del Estado en políticas de: salud, educación, desarrollo y trabajo.
En este escenario los avances y acumulación de organización y visibilidad lo han representado: (1) la imperiosa necesidad de capacitación de las organizaciones, desde temáticas propias de gestión organizacional y comunicacional, hasta el abordaje técnico de las problemáticas de actuación; salud, infancia, vejez, derechos, economía social, desarrollo, educación, etc. (2) La inclusión en la agenda pública. (3) Incentivo y profundización de estudios, históricos, antropológicos, organizacionales, comunicacionales. Casi todas estas sinergias se han dado en un marco conflictivo y de tensión social, lo que hace más valioso el conjunto de logros alcanzados.
En los últimos años y dentro de la misma alianza, OSCs + Estado + Organismos Internacionales, crece la perspectiva del desarrollo local inicialmente como versión crítica a la teoría desarrollista de los años ’60. Ante el universalismo del desarrollismo este enfoque va a priorizar lo local; En este sentido lo territorial juega un papel identitario de contrapeso o contracultura a la globalización. Inicialmente promovido –en el contexto latinoamericano- por algunos teóricos J. Arocena[viii] y J. L. Coraggio[ix] entre los más difundidos en nuestro medio hoy día, el enfoque es uno de los que se presenta con mayores posibilidades de articulación de actores en el ámbito de un territorio. Si bien su “fuerte” o la nota más destacada lo representa la racionalidad técnica con la que es concebida la propuesta de desarrollo (diferente de viejos enfoques centrados en la movilización), va encontrando una cabida en los ámbitos académicos, la comunicación, la política local y particularmente en las OSCs. En muchos casos, las OSCs. suelen operar como articuladoras a la hora de la convocatoria y la creación de contextos de confianza para el desarrollo local, ante la falta de credibilidad de otras dirigencias.
Otro impulso sinérgico lo representa el crecimiento exponencial de los movimientos de derechos humanos[x], su actividad ha potenciado una enorme cantidad de nuevas realidades que van desde el poder ciudadano[xi], la instalación de nuevos estándares para la vida política, la promoción de múltiples redes sociales[xii], la pluralización de la protesta y la visibilidad y problematización de la exclusión de las minorías. En este sentido quizás sea el enfoque que mayor visibilidad ha alcanzado los últimos años.

Un tema que se puede recortar, ya que representa una novedad en las ciencias sociales y en particular resulta uno de los fundamento de este preproyecto de tesis, es el creciente estudio de la historia de la asociatividad y la vida cotidiana en la Argentina, por la riqueza de información, la transformación de miradas, así como el impacto en el imaginario colectivo de esta perspectiva historiográfica[xiii].

Hacia un análisis de procesos asociativos

Podemos decir que en realidad las OSCs son muy antiguas y en las sociedades occidentales han adoptado diferentes configuraciones según el contexto; existieron las sociedades secretas propulsoras de ciencia y nuevos regímenes políticos, movimientos clandestinos desde la brujería a estrategias de resistencia política, entre tantos otros.
Los Movimientos Sociales han sido actores claves en la innovación de las estructuras políticas. En nuestra época esto no es diferente, los Nuevos Movimientos Sociales, aglutinados a la identidad están llevando adelante un cambio clave en los estilos de participación social. Su característica más notable es la alianza con los medios de comunicación de masas y las nuevas tecnologías de la información.
Los territorios cuna de las culturas hoy están siendo ‘glocalizados’ por la nueva cultura de la comunicación global, relacionándose y afectando la vida cotidiana y las relaciones sociales, ya sea activa o pasivamente. Esta transformación comunicacional esta relacionada estrechamente a las configuraciones asociativas de los movimientos y OSCs.
Para abordar dicho fenómeno proponemos el concepto de Matrices Asociativas. El término matriz nos indica un sistema integrado y latente de relaciones que permanecen a través del tiempo. Aquí, hablamos de matriz asociativa, para indicar la capacidad de trascender a su época que tienen algunas prácticas asociativas “ejemplares”.
Las matrices asociativas son un compendio de conocimientos populares de tipo narrativo, J. Bruner[xiv], dice: “para comprender al hombre es preciso comprender cómo sus experiencias y sus actos están moldeados por sus estados intencionales; la forma de estos estados intencionales sólo puede plasmarse mediante la participación en los sistemas simbólicos de la cultura”. Las matrices asociativas nos plantean que en los discursos identitarios no todo es evocación o cuento, sino que tienen su porción inconsciente (colectivo/arcaico) como construcción.
La emergencia de ‘modelos de organización’ en la historia argentina se han dado en condiciones sociales que permitieron su desarrollo y han perdurado en la memoria colectiva. Por ejemplo, la matriz confesional tuvo lugar en un contexto colonial, donde la iglesia Católica era algo así como el ‘ministerio de acción social’ del Virreynato, de ahí que la acción social estuviera ligada a la iglesia, si bien las hermandades y cofradías fueron organizaciones de laicos, siempre estuvieron patrocinadas por el clero y las autoridades eclesiales, lo que indefectiblemente aporto a generar una matriz, un estilo de organización centrada en la caridad cristiana y el credo religioso como elemento de legitimación social de la organización y sus actividades. En otro momento de la historia y en un contexto diferente, nos encontramos con las asociaciones de inmigrantes, un modelo de solidaridad de ayuda entre iguales, quizás promovido por las extremas condiciones de vida y el conocimiento que traían de los gremios europeos, lo que sin duda aportó a construir una matriz fomentista, de mejora de la calidad de vida a través de la organización social. Ponemos estos dos casos solo a modo de ejemplo.
En este sentido nos dice Richard Hall[xv]: “las organizaciones aparecen en épocas históricas distintas, afrontan contingencias variadas y desarrollan tradiciones diferentes. Estas diferencias afectan la forma en cómo factores, como el tamaño y la tecnología influyen en el grado de formalización y en otras características de este tipo”. En el mismo sentido Henry Mintzberg[xvi] dirá: “en ‘la mente de la organización’ están presentes las convicciones compartidas que se reflejan en tradiciones y hábitos, así como en manifestaciones más tangibles: relatos, símbolos e incluso edificios y productos” o como dijera Pettigrew, “la cultura en una organización puede ser considerada un ‘tejido social expresivo’, al igual que en el cuerpo humano une los músculos (dinámica, proceso) a los huesos (estructura organizativa).
Entonces el concepto de matrices asociativas hace referencia a los estados que hacen posible la estructuración de la vida de las organizaciones sociales. Especialmente en la dimensión de creencia compartida, a veces, incongruentes o contradictorias pero operantes. La multiplicidad de estos idearios sociales nos lleva a pensar en la existencia de un repertorio cultural que cada clima o espíritu de época acentuará o propiciará una matriz asociativa identificable con las necesidades del momento, el contexto social y la complejidad del conocimiento hasta ese entonces. Definición:

• La matriz asociativa determinará la cultura de la organización o red.
• Se expresa en sus mecanismos de participación.
• Determina los fines y proyecto fundacional.
• Determinan los criterios de afiliación.

Bueno, este marco de referencia es el que actualmente nos sirve para llevar adelante una investigación en el fenómeno psicosocial de las redes socio-espaciales y virtuales. En el escrito sobre psicología social y tecnologías de la información, aparece otro sector de referencia que son las nuevas tecnologías de información, allí se plantea el rol determinante que ejercen hoy en la organización social y sus múltiples modalidades de vinculación.


[i] Laraña, E. y Gusfield, J. Los movimientos sociales, CIS – Publicación Académica Univ. Internacional Menendez Pelayo de Santander, ed. 1994 Madrid.
[ii] Riechmann, J. y Fernandez Buey, F. Redes que dan Libertad – ed. Paidós, Barcelona 1994.
[iii] Baumann, Z. Comunidad, ed. Siglo XXI, Bs. As. 2003 (y otras publicaciones relacionadas a “la vida líquida” adjetivación que utilizará para describir la vida actual, como sin rumbo, de cambios permanentes en el formato de la vida cotidiana, existencialmente precarias y de fuerte incertidumbre”.
[iv] Etzioni, A. La nueva regla de oro, ed. Paidós – Barcelona 1996 y La tercera vía. Hacia una buena sociedad, ed. Trotta, Madrid 2000.
[v] Giddens, A. La tercera vía, ed. Taurus – Madrid 1998 / de Alonso, A. La tercera vía ed. Longseller – Bs. Aires 2001.
[vi] Castells, M. La sociedad red (1996) / El poder de la identidad (1997) / Fin de milenio (1998) – ed. Alianza
[vii] Kliksberg, B. Pobreza un tema impostergable y La lucha contra la pobreza en América Latina – publicaciones del CLAD/PNUD/BID y FCE // Beliz, G. (compilador) Política social la cuenta pendiente – ed Sudamerica, Bs. Aires 1995 // Valencia, E. y Winder, D. El desarrollo una tarea en común –ed. Red Observatorio Social, México 1997 // Peñalva, S. y Rofman, A. Desempleo estructural, pobreza y precariedad – ed. Nueva Visión.
[viii] Arocena, J. y Otros La création d’entreprise, un enjeu local – ed. La Documentatio Française, Paris 1983.
[ix] Coraggio, J. L. Desarrollo Local en áreas metropolitanas – UNGS 1999
[x] Jelin, E. Los nuevos movimientos sociales – ed. CEAL, Bs. Aires 1989.
[xi] Bresser Pereira, L. y Grau, N. Lo público no estatal en la reforma del Estado – ed. CLAD/Paidós – Bs. Aires 1998.
[xii] Dabas, E. y Najmanovich, D. Redes el leguaje de los vínculos. Hacia la reconstrucción y el fortalecimiento de la sociedad civil – ed. Paidós, Bs. Aires 1995 (El libro es la sistematización del 1er. Encuentro Internacional de Redes Sociales, que tuvo lugar en Buenos Aires, lo que es digno de mencionar en relación al tema que tratamos).
[xiii] GADIS De las cofradías a las organizaciones de la sociedad civil – obra colectiva propiciada por la Asociación GADIS/ Bs. Aires 2002 // Devoto, F. y Madero, M. Historia de la vida privada en la Argentina, ed. Taurus, Bs. Aires 1999 // Gil Lozano, F. y Pita, S. Ini, M. Historia de las mujeres en la Argentina – ed. Taurus, Bs. Aires 2000 // González Bombal, I. y Villar, R. Organizaciones de la Sociedad Civil e incidencia en las políticas públicas – ed. Libros del Zorzal, Bs. Aires 2003 // Thompson, A. (comp.) Público y Privado. Las Sociedades sin Fines de Lucro en la Argentina – ed. UNICEF/LOSADA, Bs. Aires 1995.
[xiv] Bruner, J. Actos de Significado – más allá de la revolución cognitiva – ed. Alianza, España 1990
[xv] Hall, Richard H. Organizaciones Estructura y Proceso – ed. PRENTICE – España 1973 (p.169)
[xvi] Mintzberg, H. y otros Safari a la estrategia – ed. Granica – Bs. As. 1998 (p.334/5)

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

©2009 Vínculos y Grupos | Template Blue by TNB